Inteligencia Sensualidad Fuerza
Excentricidad
Arte Ingenio
Libertad
Erótico Diosa
Idealista Ideática Mirada
Soledad Ojos Apasionada
Intrigante Explosiva
Locura
Todas estas palabras están anotadas en las hojas
de mi libro. Estoy repasando en mi mente la historia que acabo de leer. Todavía
hay sentimientos surgiendo de los párrafos concluidos. Lo que inició como una
ida a la librería para aprovechar un descuento, se convirtió en el descubrimiento
de dos mujeres. Una deseosa de darnos a conocer la vida de la otra.
La mexicana Sandra Frid es nuestra escritora y toma
en sus manos la historia de un personaje también mexicano al cual pocos
conocemos y que aparentemente está encaminado al olvido. Carmen Mondragón o
mejor dicho, Nahui Olin. Una mujer con fuerza, inteligencia, energía. Sus ojos
atrapan, su cuerpo seduce, su mente se eleva y su alma dirige al sol.
Sandra nos deleita con una escritura clara, sin
adornos extravagantes ni sobrados. El tiempo corre acompañado de escenas que se
muestran como pasajes que se cortan en el momento justo seguidos de otro que presenta
otra locación, otros personajes. Imaginaba telones bajando y subiendo, provocando
nuestra mente, jugando con la escena. Disfrutable. Las descripciones me invitaron
a buscar a los personajes, a ver las pinturas a detalle y enamorarme de ellas, entender
el sentimiento que hizo nacer ese retrato. Las fotografías, que la autora logró
trasmitir en sus palabras, también fueron parte de las investigaciones que
realicé.
La historia inicia con un ir y venir entre fechas
pasadas y futuras que nos presentan a Carmen, su entorno, sus padres y la época
que le tocó vivir. Llegado su momento esos flashbacks se detienen y personajes clave
en la vida de Carmen se presentan: Diego Rivera, el doctor Artl, Jean Charlot,
Matías Santoyo, Matisse, Tina Modotti y muchos más. Vemos como Carmen se
convierte y es bautizada como Nahui Olin y la fuerza que este nombre le inyecta
a la ya interesante pintora.
Como no puede faltar en una mujer que se sabe
diosa, el erotismo, la pasión y la impulsividad llenan sus días y atrapan a los
que están cerca y a quién está detrás de las letras.
Una vida donde el amor es pieza fundamental y
clave en el devenir de nuestra poeta. En su manera de percibir la realidad y el
entorno.
Debo confesar que lloré, el corazón se me
encogió cuando se relatan los últimos años de Nahui. Siempre he creído que el
tener una personalidad tan apasionada puede dirigir nuestra vida y nuestra
mente a rumbos insospechados, a límites que sólo los fuertes de espíritu pueden
aguantar. Me quedo con sus pinturas, sus fotografías, su encanto. Me quedo con
esa fuerza de saberse hermosa, inteligente y merecedora de todo lo que exige,
así deberíamos de crecer: fuertes, empoderadas y seguras de nosotras mismas.
Algunas frases del libro que me gustaron:
“Mi cuerpo es perfecto, soy una diosa, soy
Venus, mi sangre arde mientras él prefiere mojar su pluma en el tintero”.
“Soy creadora de mundos, fuego en continua
renovación”
“Suspiró; volvió a suspirar ante la certeza de
ser amada así, como si la vida apenas comenzara, como si estuviera sobre un
pretil lista para aprender a volar”.
“A veces, los muertos esperan una palabra de
quién más los ama, una sola, como un conjuro, para volver al mundo de los vivos”
“De tiempo atrás, Nahui Olin sabe que ella, y solo
ella, puede y debe sacar al sol cada mañana y ocultarlo por las tardes”.
Calificación
Goodreads: 5 estrellas.
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